Por: Mariano Acosta
“Para salir campeón hay que ganarles a todos “, esta frase se repite en los protagonistas desde que tengo uso de razón en el mundo del fútbol, y en este mundial el camino de la selección hacia el titulo engloba todos estos conceptos.
El país respiro aliviado cuando se sorteo el grupo de primera fase, debido a las malas actuaciones que había tenido el seleccionado durante eliminatorias, pero todo eso quedo en el olvido durante este mundial, la ola de triunfalismo y las buenas actuaciones de Messi – ante rivales flojos- arrasó con todas las dudas existentes en los argentinos.
Para la segunda fase, en la que te equivocas y te volvés, la selección argentina deberá jugar con todos los candidatos que aspiran a la corona. El primer rival, a priori el más accesible, es México que parece ser un equipo livianito en ataque, pero es más que los tres rivales de la fase de grupo. En caso de salir airoso el equipo de Maradona deberá verse las caras ante Alemania o Inglaterra, teniendo como antecedente inmediato la eliminación ante los germanos en el 2006 y la paupérrima actuación con dolorosa derrota ante los ingleses en el 2002, que lo condenó al fracaso absoluto en ese mundial.
Pero no termina todo ahí para Messi y compañía, el empedrado camino al tricampeonato sigue con España en una hipotética semifinal, en el mejor de los casos puede ser Portugal, con todo lo que representa la furia española para el joven rosarino, amado en ese país y antes cuestionado en el suyo.
El broche de este dificultoso trayecto sería el rival de toda la vida, que goza una rara paternidad en los últimos 10 años, claro estamos hablando de Brasil con Kaká, Luis Fabiano y Robinho, que en los últimos tiempos jugando de contragolpe les trajo muchos dolores de cabeza a todos los técnicos de turno de la selección: Bielsa, Básile y Maradona.
Todo parece ser casi una utopía para la celeste y blanca en su camino a la obtención del tricampeonato, pero también tenemos que recordar que en 1986 nadie confiaba en ese seleccionado y mucho menos en el de Italia 90, en donde se jugó con todos los cucos e igual se arregló para salir airoso en todas las paradas difíciles. Claro no debemos olvidar que en ese mundial había entre los 11 un tal Diego Maradona, capaz de lograr lo inimaginado dentro de un partido para ganar –ó ganarlo solo- y que todos los hichas depositaran toda su confianza en él.
¿Maradona y Messí la combinación perfecta?, los argentinos esperan que si.
Para el vigente torneo el “dios” futbolístico de los argentinos se encuentra en el banco y cuenta con el jugador que más se pareció a su sucesor desde que se retiro de la actividad. ¿Le bastara a Argentina con Maradona al costado de la cancha para lograr el título?, ó mejor dicho ¿podrá Messi convertirse en el súper héroe que Diego fue para todos?, el final se acerca, por lo pronto el primer paso es el domingo 27 - el cuarto de esta selección-, que ahora más que nunca tiene que ganarles a todos para llegar a la gloria.